Será que mi cansino caminar no ronda por la puerta de aquello que llaman amor, y en el alféizar me quedé, mirándote al pasar, queriéndote ofrecer el pienso desde tan lejos que no pudo ser... Y te quiero contar que nada me amparó, así que mal y tarde te pido: quédate hasta el día que lluevan pianos, quédate hasta que yo dé mi brazo a retorcer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Express yourself