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martes, 3 de junio de 2014

Un poco de respirar

Hay flores secas en esta mañana y una resaca de pasarme de ti.
No tengo fe en el exceso de ganas, no tengo ganas de hacerme el café y he derruido el castillo de arena y con el fango me he hecho una muralla en la piel.

Y no me eches de menos que el recuerdo es un veneno.

1 comentario:

  1. Las flores se volvieron abono para ese café de la mañana que despertaba mi fe de volver a escuchar el canto de las aves, el color de tu voz, y oler a petricor de la mañana, el aroma del cafetal, donde nos acostábamos a contar las estrellas en la noche y los abrazos después de un rato eran serpientes, que tentaban nuestros deseos de continuar despiertos y beber el dulce veneno de los besos a media noche.

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